Niños de Guareña sacan en procesión a los pastorcitos de Fátima, Francisco y Jacinta Martos

Los hermanos portugueses que dijeron ver a la Virgen, cada 20 de febrero se celebra la fiesta de los beatos y ese mismo día coincide con el de la muerte de Jacinta. Este es el motivo de haberse celebrado esta mañana de domingo 19 la procesión. Además este año (el 13 de mayo) se conmemora el centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima a los pastorcitos portugueses.

La procesión se inició acabada la misa de 12 encabezada por el estandarte de la cofradía portada por mujeres directivas del colectivo religioso. Después venía el paso de Francisco Martos con el cura Eugenio coordinando la comitiva; el citado paso era llevado a hombros por niños. Éstos, formados en columna de a dos se iban turnando participando de la procesión.

El segundo paso era el de Jacinta Martos, también llevado por niñas y niños de Guareña. Y finalmente cerraba la procesión la imagen de Fátima.

Itinerario

Fue un itinerario corto para los niños, con salida por Cuatro Esquinas, plaza de España, Túnel, La Parada, Castillejos, y entrada a la iglesia.

La presidenta de la cofradía, Patrocinio Lozano, agradece al cura Eugenio Albalate haber recuperado la procesión de la Virgen de Fátima "que tantos años no ha salido, y el primer año que llegó Eugenio la sacó, por eso estamos muy agradecidos a este cura", manifestó a este medio.

Historia

Francisco Marto (Aljustrel, 11 de junio de 1908-ibídem, 4 de abril de 1919) fue uno de los tres pastorcitos portugueses que junto a su hermana Jacinta Marto y a su prima Lucía dos Santos, dijeron haber visto a la Santísima Virgen María en la llamada Cova da Iria, desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre de 1917.

Hijos de Olimpia y Manuel Marto, Jacinta y Francisco eran niños típicos del Portugal rural de la época. Nunca fueron a la escuela, y trabajaban como pastores en conjunto con su prima Lucía. De acuerdo con las memorias de Lucía, Francisco era un muchacho muy tranquilo, le gustaba la música, y era muy independiente en las opiniones. Jacinta era más afectiva y muy mimada, pero emocionalmente más frágil.

En la secuencia de las apariciones, el comportamiento de los dos hermanos se alteró. Francisco prefería rezar solo, como decía "para consolar a Jesús por los pecados del mundo". Jacinta se quedó aterrada por una visión del infierno supuestamente ocurrida en la tercera aparición. Se quedó obcecada por la idea de salvar tantos pecadores como fuera posible a través de la penitencia y el sacrificio, como dijo pedía la Virgen María.

Los tres niños, particularmente Jacinta y Francisco, practicaron mortificaciones y penitencias. Es posible que prolongados ayunos les hicieran adelgazar hasta el punto de que los hermanos Jacinta y Francisco sucumbieran a la epidemia de la gripe española que barrió Europa en 1918. Francisco murió en casa en 1919. Jacinta, que sufría de pleuresía y no podía ser anestesiada debido al mal estado de su corazón, fue asistida en varios hospitales, falleciendo el 20 de febrero de 1920 en el hospital.

El proceso de beatificación de los dos hermanos, Francisco y Jacinta, fue iniciado formalmente el 30 de abril de 1952, culminado el 13 de mayo de 1989, cuando el papa Juan Pablo II aprobó las virtudes heroicas de los niños reconociéndoles como venerables.

Francisco y su hermana Jacinta fueron beatificados por el papa Juan Pablo II el 13 de mayo de 2000, durante su visita al Santuario de Fátima y en presencia de la otra vidente, Lucía dos Santos. Su fiesta se celebra el 4 de abril. La segunda parte del proceso, el de canonización, se encuentra actualmente en curso (2016) y fue abierta oficialmente el 14 de febrero de 2004.

El 1 de mayo de 2009, en la peregrinación nacional de Acólitos de Portugal al Santuario de Fátima, Francisco Marto fue proclamado oficialmente patrono de los acólitos portugueses.

El cuerpo de Francisco se venera en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, uno de los edificios que forman el complejo del Santuario de Fátima.