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Pintadas en la iglesia de Santa María, de Guareña.
Manchan las piedras centenarias de Santa María

Manchan las piedras centenarias de Santa María

Aparecen pintadas reflectantes por todo el atrio de la iglesia entre la fachada de la sacristía, farolas, y cruz de los caídos.

PEDRO FERNÁNDEZ LOZANO

Sábado, 17 de febrero 2018, 10:44

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Alguien, bien individual o en grupo, ha hecho un atentado al arte. Un extravío. Las piedras centenarias de la iglesia de Santa María aparecen por estos días con pintadas vergonzantes.

Todo vecino que rodea la iglesia o pisa el conocido atrio, queda enojado al presenciar la acción de pintadas que no encontramos calificativos suficientes como para hablar de ello.

Se trata de pintura reflectante de spray que incide sobre la piedra con un efecto que hace a los objetos visibles en condiciones de poca luz como el anochecer y la oscuridad. El spray es fácil de aplicar y perfecto para caminatas nocturnas, deportes al aire libre, seguridad infantil, running, mascotas, bicicletas, pero cuando se usa para hacer mal daño los efectos chirrían por doquier al ver rociado varios lugares del monumento con pintura. Un monumento, por excelencia, el más emblemático de Guareña.

No hay quien sostenga esta cacería dañina al arte. Ni el propio autor mide el daño causado ni las consecuencias que acarrea. Mereciera castigo enmendarlo con la lengua llagada y espinosa, y no cronometrado con reloj sino con aulagas entre sus dedos.

Las piedras hoy pintadas se trajeron en el siglo XVI de La Mancha y de Don Salvador y también de la cantera de Cristina, según recoge Juan García-Murga Alcántara en su libro sobre esta iglesia. La zanja para sus cimientos se abrió el 10 de marzo de 1557. Si el entallador emeritense Pedro Requena y el cantero Pedro Gómez levantaran la cabeza que sus piedras labradas en Guareña hoy se encuentran rodeadas de pintadas con spray, se volverían a morir.

Una obra de gran magnitud la iglesia de Santa María, declarada el 1 de julio de 1988 por la Junta de Extremadura como 'Bien de Interés Histórico y Cultural con categoría de monumento' no puede sufrir lo que otros han hecho con estas pintadas. Forjada con mano de obra obrera y con mentes lúcidas, erigieron en esta localidad el mayor monumento de iglesia posiblemente de España. No puede consentirse 'pinturas de victoria'. No merece este daño el mayor emblema del pueblo.

Se deduce por los dibujos y letras que pueda tratarse de algún adolescente. Lo que ha hecho no le gusta a nadie. Si la piedra escupiera el bote maniobrado o a quien lo manipuló, se quedaría sin presión ni ojos. Pero el daño queda. ¿Quién lo repara ahora?, la iglesia, Patrimonio, el Ayuntamiento, voluntarios o quien lo hizo. La iglesia porque el templo de Santa María forma parte del patrimonio diocesano de Plasencia, Patrimonio de la Junta de Extremadura puede porque lo declaró Bien de Interés Histórico y Cultural con categoría de monumento, el Ayuntamiento puede que no porque no es de su competencia aunque guste tenerlo como enseña patrimonial y orgullo de los vecinos, voluntarios puede que también porque sienten la necesidad de que el monumento permanezca siempre por los siglos venideros y visitado por muchos, y quien practicó la gamberrada no lo va a hacer porque sería descubierto, imaginamos.

Los grafitis o pintadas de Santa María y los procedimientos para eliminar estos grabados verdes que molestan tanto, constan de tres pasos: identificar el tipo de superficie y la sustancia que sería eliminada, seleccionar el método de eliminación apropiado, y aplicar una capa protectora finalmente. Esto es lo que recomiendan los expertos ante estas pintadas que han manchado las piedras de Santa María y que ha sentado mal entre la población.

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