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Cecilia Fuentes Espino cumplió cien años.
La abuela de Guareña cumplió 100 años

La abuela de Guareña cumplió 100 años

Cecilia Fuentes Espino recibió las felicitaciones del alcalde por su siglo de vida. Goza de buen humor y lleva una vida muy tranquila.

PEDRO FERNÁNDEZ LOZANO

Viernes, 22 de junio 2018, 19:15

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Cecilia Fuentes Espino hizo un siglo de vida el pasado 10 de mayo de 2018 tras venir al mundo en 1918, entonces era la calle Alcázar de Toledo, hoy Alberquilla donde reside.

Pese a esta edad no pierde el buen humor. Justifica su siglo con su documento nacional de identidad "más viejo que la sarna", dice sonriendo.

Cuando se le pregunta ¿cómo está usted?, su respuesta es muy clara y contundente: "Regular, que es peor que malo", y también sonríe.

No se le olvida cuando le contaron en su casa cómo vino al mundo. Su padre Constantino Fuentes le gustaba las corridas de toros y en el momento del parto de su mujer Petra Espino, el marido se encontraba a los toros en la plaza de los Mancha muy cerca de donde actualmente reside Cecilia, y muy cerca de la alberca San Roque. Petra dio a luz a Cecilia y a Constantino no le avisaron, y se enfadó. Tanto fue el enojo que, encolerizado, no vio a la niña hasta que cumplió tres años. También ríe Cecilia por esta curiosa anécdota.

En este cien cumpleaños las autoridades municipales han sido generosas con Cecilia que recibió del alcalde de Guareña, Abel González, visita personal para entregarle en nombre del pueblo una tarta de cumpleaños, una cesta con flores y una placa que decía: "en su 100 años por el milagro de la vida por su familia y su trayectoria ejemplar. Que la alegría te acompañe siempre; con todo el cariño de tu pueblo". A lo que Cecilia agradeció en compañía de su familia por el gesto del alcalde, a quien le calificó de "muy cariñoso y mu nuevo".

HOY Guareña ya publicó en la sección Gente Cercana a esta mujer longeva que casó con Ramón Rodríguez Nieto y fruto del matrimonio tuvieron cuatro hijos, Agustín, Constantino, Adriano y Joaquín. También tuvo un aborto de una niña.

En su monedero conserva con mimo su documentación y guarda como oro en paño las licencias de sepultura de su madre Petra y otros familiares.

Goza de buena salud pese al siglo de vida. Pasea a diario por las dependencias de su antigua y fresca casa, come bien, y se pasa horas entretenida con la televisión.

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