

Más de 130.000 niños y jóvenes de la región volverán hoy a las clases casi seis meses después de que se decretara la paralización de la actividad lectiva por el estado de alarma.
Según las estimaciones de la Consejería deEducación y Empleo de la Junta de Extremadura, regresan a sus puestos cerca de 27.000 alumnos de segundo ciclo de Infantil (de 3 a 6 años), más de 61.000 de Primaria (de 6 a 12 años), casi 43.000 de Secundaria (de 12 a 16 años) y 670 de Educación Especial. Son unos 1.200 menos que el pasado año. Mañana será el turno de los 15.000 de Bachillerato, así como los segundos cursos de FP Básica, los ciclos de grado medio y superior y las enseñanzas de artes plásticas y diseño.
Pero no todos los escolares de la región volverán hoy a las aulas. Más de 1.300 menores de Talayuela (1.141 alumnos), que se ve afectada por el aislamiento de La Barquilla (5), así como Llera (102), Valencia de las Torres (41) y Alía (31) iniciarán el curso como terminaron el anterior, con enseñanza telemática debido a las medidas que se han impuesto en esas localidades para frenar los contagios de coronavirus.
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Estas poblaciones servirán de experiencia para lo que puede suceder a lo largo del curso, la suspensión de las actividades lectivas por la aparición de contagios en las aulas o el confinamiento completo de localidades. Esa medida se podrá activar para un puñado de alumnos, para una clase completa o para todo el centro, en función de la situación epidemiológica en cada caso.
Desde Infantil a 4º dePrimaria se plantean los denominados grupos burbuja, en los que los niños solo tendrán contacto con sus compañeros. En caso de que se produzca un positivo, toda la clase deberá pasar a aislamiento y someterse a pruebas de detección de la covid-19.
A partir de 5º de Primaria se confía en que el cumplimiento de las normas, desde el uso de las mascarillas al distanciamiento, evite los contagios. De producirse, se actuará como con el resto de la población, con el aislamiento de los contactos estrechos.
Educación solo contempla la suspensión completa de la actividad en un centro si las autoridades sanitarias constatan que hay transmisión descontrolada del coronavirus.
La pandemia de la covid-19 marcó el final del curso pasado con la enseñanza a distancia. Ahora no se quiere repetir la experiencia, pero para eso será necesario cumplir con una serie de medidas de prevención planteadas con el objetivo de lograr la máxima presencialidad posible.
Esas medidas empiezan fuera de los centros. Educación pide a las familias que se comprometan a tomar la temperatura a sus hijos antes de iniciar la jornada lectiva y a no enviarlos a clase si tienen síntomas compatibles con el coronavirus.
Para evitar aglomeraciones que faciliten los contagios, los centros han modificado las puertas de acceso y han escalonado las entradas y salidas para que no coincidan alumnos de distintos cursos. Ya en el interior de los edificios, se han establecido circuitos para minimizar los contactos. Balizas y marcas recuerdan la distancia a cumplir. Los recreos serán en patios y en horarios diferentes para que los niños no se encuentren con compañeros de otras clases.
La higiene también será fundamental en el inicio de curso. La norma general es que se ventilen las clases, lo que puede suponer un problema cuando llegue el mal tiempo. Los centros han recibido fondos para adquirir alfombras desinfectantes, gel hidroalcohólico y papeleras para poner a raya al coronavirus.
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