41 capillas domiciliarias pueden verse hasta el 7 de abril

Todavía continúa la tradición de las capillas domiciliarias con el objetivo de difundir y transmitir la fe cristiana. Estas capillas conservan una oración y la relación nominal de fieles o coro, y una hucha para depositar limosnas. En esta exposición se muestran al pie de cada una el nombre de la celadora y por detrás el citado coro.

Después de muchos años manteniéndose la tradición de las capillas domiciliarias, todavía continúa recorriendo casas de Guareña con la intención de prolongar la fe cristiana. Estas capillas, o capillitas u hornacinas, suelen ser de madera que contienen la imagen de un Santo o una Virgen protegida por un cristal, y surgen de la devoción a la Virgen y a los Santos por parte de una comunidad de vecinos.

Hay quienes cuentan que la influencia de la devoción a estas capillas vecinales y a las advocaciones que representan, fue fomentada desde la iglesia a las casas, como reacción al protestantismo. La propagación de esta tradición fue instantáneamente mantenida y consolidada por los devotos laicos, siendo las mujeres las que de manera preponderante cuidan y alimentan esta costumbre.

Celadoras y coros

En Guareña aún se mantienen en circulación y perviven estas prácticas gracias a la labor de las celadoras y coros. Las primeras, son las responsables de la capilla, buscar a la gente y luego de revisar y renovar la lista, si hiciera falta, aparte de recoger el dinero y llevarlo a la parroquia, es la encargada de invertirlo en un fin determinado. Hecho todo esto la pone de nuevo en funcionamiento, antes la limpia y prepara. En caso de que la capilla no llegue, la busca por las casas hasta dar con ella para ponerla en funcionamiento nuevamente. Es también la encargada de elaborar el listado y tiene que estar al tanto de la gente fallecida o que cambia de residencia. En cuanto al coro, son las mujeres que se encuentran en la lista de la capilla que va pasando de casa en casa de las mujeres del listado. Tiene una composición de treinta personas, y se pasan la capilla al anochecer, no reteniéndola más de veinticuatro horas, aunque hay quienes la mantienen días y por aquí viene el enfado propio de la vecindad.

Vecinas de la localidad informan que esta costumbre sirve de protección al hogar, de oración, que suele haber un rezo de saludo y otro de despedida. Con respecto a la ornamentación de estas capillitas se decoran como si fueran verdaderos altares.

Los fines que persigue esta tradición es difundir la fe cristiana, popularizar ciertas imágenes, también fomentar un entorno familiar cristiano y, finalmente, recaudar fondos para la parroquia.

Una de las capillas correspondiente a la de la Virgen del Carmen, informa que dicha capilla comenzó a visitar los hogares de Guareña en 1940. A diferencia de otras, la capilla de la Virgen del Carmen no tiene ranura ni hucha para donativos y es una réplica de la que se venera en la iglesia de San Gregorio. La celadora es Mercedes Mancha Cortés.

Otra capilla de la misma Virgen del Carmen, al ser muchas personas devotas a esta imagen, otra celadora, Ana Belén Mateo Gutiérrez, se encarga de esta capilla por otra zona del pueblo. También se informa en esta que fue fundada canónicamente en la parroquia de San Gregorio en agosto de 1928, en la primera novena que se hizo con la imagen donada por Carlota López Mateos. Dicha cofradía la fundó el sacerdote Pedro Isidoro Palomares.

Otras capillas del Sagrado Corazón de Jesús son muy recientes. Informan que fue a raíz de la Covid cuando se comenzó a hacer detentes «como signo de confianza en Jesús y pidiendo su protección a la vez que recaudar algo para la cofradía, que había suprimido el cobro ese año». En noviembre de 2022 salió la primera capilla, en diciembre la segunda, y en 2023 salieron la tercera y la cuarta. A estas cuatro se añadió otra capillita para los enfermos que se puso en circulación el 27 de noviembre de 2023, festividad de 'La Milagrosa'.

En la capilla de la Virgen de Fátima se dice que, en 1949 la Asociación de Nuestra Señora de Fátima, fue fundada por el párroco Recaredo Gómez García. Fue en este año cuando se compró la imagen y en 1950 «se compraron las primeras capillas domiciliarias» y en la actualidad suman 25.

En la capilla de la Virgen de Guadalupe, su cofradía informa que se constituyó el 17 de diciembre de 2015 en una asamblea, donde se acordó constituirla y asignar a su Junta Directiva, así como la aprobación de sus estatutos. El 7 de septiembre de 2016, durante la novena se bendijeron dos capillas domiciliarias donadas por dos cofrades.