
Un equipo multidisciplinar de científicos ha descubierto el que puede ser el mayor sacrificio de animales realizado durante un ritual en el Mediterráneo Occidental, que ocurrió en Casas del Turuñuelo hace unos 2.500 años, un hallazgo que revela ahora nuevos datos sobre la cultura tartésica.
Ya se conocía por las imágenes de la «hecatombe animal» aparecidas en el patio de este enclave, pero tras el estudio los científicos desvelan ahora el sacrificio descubierto entre sus muros. Los resultados son fruto del trabajo interdisciplinar de investigadores españoles y extranjeros pertenecientes al IAM, al IVCR+i, al IAUB, la Universidad de Jaén, el Centre d'Anthropobiologie et de Génomique de Toulouse, la Université Paul Sabatier, el Centro Mixto (entre la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de Salud Carlos III) de Evolución y Comportamiento Humanos, la Universidad de Córdoba, la Universitat de Lleida, la Institució Milà i Fontanals (IMF-CSIC) y la Universidad de Extremadura.
El trabajo, cuyas conclusiones aparecieron el pasado 20 de noviembre, revela un singular ritual en el patio de Casa del Turuñuelo de Guareña descubierto en sus primeras catas allá por 2014, pero que a partir de 2015 y hasta hoy, han ido apareciendo «joyas arqueológicas» en sus distintas fases de trabajo, reportando un ingente conocimiento sobre la cultura tartésica.
Y es que, en el patio del edificio, la estancia más grande del yacimiento, con 125 metros cuadrados, había 6.770 huesos pertenecientes a 52 animales sacrificados. La codirectora Esther Rodríguez, explica que muchos de los esqueletos estaban colocados en una posición extraña, casi «teatral», con las cabezas cruzadas entre sí.
Los animales identificados eran mayormente caballos adultos, aunque también había bovinos, porcinos e incluso un perro. Pero no todos fueron sacrificados a la vez, dicen los científicos. Señalan que las matanzas se hicieron en tres fases, y se estima, por el desgaste de los huesos debido a la exposición al sol, que entre la primera y la última pudieron pasar entre 60 y 80 años. Los esqueletos de los animales sacrificados en las dos primeras fases estaban en su mayoría completos e inalterados. Pero algunos otros tienen signos de haber sido procesados como alimento. Es decir, que se los comieron después de sacrificarlos.
«Es difícil entender el motivo de estos sacrificios. Puede que no lo sepamos nunca. Pero posiblemente todo esté vinculado a un ritual que debió realizarse cuando decidieron sepultar el edificio. Entonces pudo hacerse una especie de banquete, y es probable que se sacrificaran animales en ese momento», explica Rodríguez.
Los resultados revelan que ese sacrificio masivo formó parte de una serie de rituales realizados en los últimos años del edificio hasta su abandono, cuando fue sellado intencionalmente a finales del siglo V a.C. bajo un túmulo de 90 metros de diámetro y seis de altura, según Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, directores de las excavaciones e investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida.
Además de restos animales, este trabajo recoge el hallazgo de vegetales incinerados que pudieron formar parte de ofrendas y de objetos asociados a actividades simbólicas, como tabas de oveja. Por otro lado, «la disposición de los cadáveres de animales sugiere una intención en la exposición y escenificación de los sacrificios», añaden los investigadores.
Estos trabajos se han llevado a cabo en el marco de dos proyectos de investigación: por un lado, el proyecto 'Construyendo Tarteso 2.0', desarrollado dentro del Plan Nacional de Investigación y Desarrollo y, por otro lado, el 'Estudio de la hecatombe animal del yacimiento de Casas del Turuñuelo', dentro del Plan Regional de Investigación de la Junta de Extremadura. Además de contar con financiación de la Fundación Palarq.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.