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Lunes, 3 de junio 2024, 00:36
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Ayer domingo 2 de junio, se celebró en Guareña el Día del Corpus Christi, conocido como «la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo». Esta festividad católica se conmemora 60 días después del Domingo de Resurrección y en ella se recuerda «la Eucaristía que se realizó el Jueves Santo durante la Última Cena», así lo recuerda la Iglesia.
A las doce del mediodía salió la procesión del templo de Santa María con cofradías y hermandades de Guareña, más de treinta niños vestidos de primera comunión acompañados de sus catequistas, y la Custodia bajo palio portada por el cura Fabio Carrillo.
El párroco Ismael Pastor coordinaba la procesión en todo su trayecto. La comitiva arrancó por la calle Cuatro Esquinas y en la Plaza de España paró en el primer altar que se había decorado a la sazón. La solemnidad del Corpus Christi lleva unidos numerosos elementos que le dan mayor realce; entre ellos, no pueden faltar los altares que honran al Santísimo. Y fue en la Plaza de España que el ostentorio colocado en el altar por el cura Carrillo, rindiera por primera vez honores a Jesús.
La Custodia de forma ojival y artística reúne en el medio una lúnula, o viril, donde se coloca visiblemente la Hostia, y el cura la sitúa en el centro de la mesa del altar para, seguidamente, realizar unos rezos al Santísimo. Después el cura vuelve bajo palio a continuar la procesión camino del siguiente altar y realizar el mismo ritual.
Los altares se decoran con elegantes manteles, biblias, imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, espigas de trigo, uvas, helechos, romero, centros de flores, frutas, velas encendidas, jarrones, maceteros, entre otros más elementos decorativos.
El segundo altar estuvo situado en Don Diego López. Durante el recorrido procesional las calles, puertas y ventanas, se decoraban con macetas y plantas olorosas y vistosas para la ocasión. El tercer altar se situó en calle Malfeitos, este año fue su primer estreno. El cuarto en Don Juan Durán, calle vestida de juncias y espadañas. Y el quinto y último altar en Castillejos.
Y la procesión acabó por donde empezó. Entró en Santa María y culminó la festividad del Corpus con el objetivo conseguido, proclamar y aumentar la fe de los cristianos con la presencia «real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento», exhibiendo la Custodia a toda la comunidad presente durante la procesión.
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