'Arquitectura Vernácula de Guareña' es el nombre del proyecto que lleva a cabo la diplomada en Turismo, Lidia Cinta Rodríguez, que está trabajando en el área de cultura del Ayuntamiento de Guareña. Ella se encarga de la documentación. El proyecto cuenta también con la locución de Fran Muñoz, y las grabaciones de interiores y exteriores, así como de la postproducción y montaje de videos de José Luis Guisado.
El pasado 3 de abril comenzó con la difusión del primer capítulo, dedicado al colegio Nuestra Señora de los Dolores, que cumple 125 años de su fundación. Este proyecto arranca con el objetivo de divulgar el patrimonio de Guareña, la riqueza arquitectónica del municipio, en definitiva, nuestra historia a partir de la grabación de interiores, exteriores y entrevistas con propietarios de tan singulares construcciones.
Por este motivo, hace unas semanas, desde el equipo de Cultura se viene trabajando en la preselección de edificaciones, en su documentación y en la grabación de diversos entornos y edificios con elementos arquitectónicos singulares. «Sin la predisposición y facilidades de sus propietarios, no sería posible llevar a cabo este trabajo», dicen desde Cultura. Por tanto, desde el propio área cultural municipal agradecen la colaboración de los vecinos por abrir de par en par sus casas singulares de Guareña, ricas en la arquitectura vernácula de este municipio que tan bien lo recogiera Andrés Retamal Ojeda, en su libro 'Guareña, una villa con arquitectura vernácula propia'.
El colegio Nuestra Señora de los Dolores, de las Hermanas de la Doctrina Cristiana, de la calle Medellín, es un edificio originario de una típica y amplísima casa solariega de bóvedas, con amplio zaguán de tres naves y muchas habitaciones, disponiendo también de amplios patios y corrales en los que hubo ubicado un antiguo molino de aceite.
Su capilla actual fue construida por un maestro de obras de Don Benito, Santiago Palmero, la bendijo el arcipreste hijo de Guareña, Prudencio González Parra, el 16 de julio de 1914. Es de estilo neogótico, y nave única compartimentada en tres tramos, por arcos fajones de medio punto ligeramente apuntados, y un tramo más pequeño donde se ubica el coro. Las bóvedas del forjado son de aristas y descargan sobre unos arcos laterales y los arcos fajones, según detalla Retamal Ojeda en su libro.
Publicidad
Hacia 1970, se amplió notablemente el colegio, con la casa solariega colindante a éste, donada por Petra de Llano González, seglar que dedicó su vida al servicio del colegio, haciéndose las obras de reforma, que le han dado al colegio «su hermoso aspecto actual», describe Andrés.
Durante más de un siglo las hermanas misioneras de la doctrina cristiana «han ayudado a forjar: culturalmente, humanamente y cristianamente a muchas generaciones de mujeres de Guareña», y desde 1970, con la enseñanza mixta, «a varias generaciones de hombres». Habiéndose ganado por méritos propios, un lugar en la memoria colectiva de la comunidad guareñense. Toda esta información la recogió Andrés Retamal, oralmente de la actual superiora la hermana Serafín en 2015 que se editara su libro sobre la arquitectura vernácula de esta población, además de apuntes de la revista conmemorativa del centenario de la congregación en Guareña.
PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.