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Antonia Granado atenta a las palabras que le refieren en el Hogar de Mayores.
"Hago mis cosas de casa, leo el Promotor, escucho la radio, rezo el rosario… lo normal"

"Hago mis cosas de casa, leo el Promotor, escucho la radio, rezo el rosario… lo normal"

Antonia Granado tiene 94 años, sale a diario hacer la compra con su carrito, es la socia más veterana del Hogar del Pensionista y ha recibido un homenaje de la institución de mayores

PEDRO FERNÁNDEZ

Viernes, 20 de mayo 2016, 10:55

En Toronto (Canadá), el paciente Leonard Thompson se convierte en el primer ser humano en recibir una inyección de insulina como tratamiento para la diabetes que sufre. Medio año antes, los canadienses Frederick Banting y Charles Best, consiguieron extraer, de animales de laboratorio, la proteína del páncreas que causa los síntomas de la diabetes, la insulina. Experimentaron inyectando insulina en animales enfermos que volvieron a sanar. Estas pruebas confirmaron que la causa de la diabetes era la falta de insulina, responsable de metabolizar los azúcares. Era un 23 de enero de 1922. Cuando esto ocurría en el mundo, dos días después nacía en Guareña Antonia Granado Mancha, protagonista de este mes de abril de 2016, que, a sus 94 años el Hogar del Pensionista de la localidad le hace un homenaje por ser la persona más veterana del colectivo.

Eso ocurrió el 16 del pasado mes de abril cuando la directiva que preside Juan Barrero le concede un ramo de flores y una placa conmemorando la jornada donde celebraban una convivencia con caldereta incluida, y Antonia Granado fue la protagonista.

Nació Antonia en la calle Atrás, de Guareña, esquina con calle Bronca. Sus padres, Miguel Granado Cabrera y Catalina Mancha Carvajal, él dedicado a las tareas del campo y ella a las ocupaciones domésticas. Éstos tuvieron cuatro hijos: María, nuestra protagonista; Astasio, a quien le apodaban el agrario, ya fallecido; Manuel, y Asunción.

María queda huérfana de madre cuando sólo tenía once años. Este duro golpe de la vida le hace responsabilizarse para llevar la familia adelante y madura rápido porque se da cuenta del papel importante que tiene en atender las tareas domésticas, a su padre y hermanos. Y hubo en su familia, una hermana de su padre, María Granado, quien la instruyó en las comidas y en las labores cotidianas de entonces, me puso en danza mi tía María tras la muerte de mi madre, cuenta Antonia.

Antonia Cisneros fue su maestra, también María Antonia en la calle Medellín, pero tuvo que dejar pronto la escuela porque las circunstancias vividas se lo impidieron.

A parte de haber nacido en la calle Atrás, María también hizo vida en otras casas de Guareña. En La Parada, Nueva, Estacada, y actualmente en Salsipuedes. Se casó con José Villarín Soto y fruto del matrimonio nacen dos hijos, José y Miguel Ángel.

Queda viuda en mayo de 2008 y es cuando comienza a vivir el invierno en Madrid, en casa de su hijo José, y el resto del año en su casa de Salsipuedes, en Guareña. Anteriormente de la muerte de su marido, ambos frecuentan el Hogar del Pensionista que Antonia continúa visitando hasta hoy.

En el citado espacio de ocio y recreo de mayores, Antonia ha hecho mucha gimnasia en las mañanas que frecuentaba, ahora solo visita el Hogar los sábados y domingos a pasar el tiempo, a ver el baile los sábados que ahora está muy animado y está la cosa más en condiciones, dice.

Esta mujer de 94 años mantiene una vida normal. No tiene dolores, la TA está perfecta, sólo tomo pastillas para el hierro, pero hago mi vida normal, hago mis cosas de casa, paseo por la calle, leo mi Promotor, pongo la radio, rezo el rosario lo normal, cuenta Antonia. Su hijo Miguel Ángel apunta que come de todo, come en cantidad, pero ligerita, y sale todos los días hacer la compra con su carrito, dice. Entre sus hijos, nueras y sus cuatro nietos, esta mujer vive una vida muy normal pese a sus 94 años.

Pasea mucho. El año pasado en el primer día de feria de Guareña, fue paseando hasta el recinto ferial y en el momento del encendido el alcalde entonces, Rafael Carballo, llamó a Antonia para que pulsara el dispositivo que hacía encender las luces de la portada del Recinto ferial. Todavía se acuerda de esta anécdota.

El Hogar del Pensionista cuenta con 490 socios, pero están al corriente de la cuota 250 socios. Antonia figura en la lista más antigua y puede llevar unos 25 años de socia, dice el presidente Juan Barrero.

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