PEDRO FERNÁNDEZ LOZANO
Lunes, 15 de agosto 2016, 20:49
Isabelo Prieto Romero nace un 18 de febrero de 1935, en calle Nueva, número 15, de Guareña, misma casa de su abuelo paterno, Isabelo Catalino Prieto don Alonso (de Alía, Cáceres) donde reside actualmente y donde lleva habitando 81 años en esa misma vivienda.
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Su madre, Manuela Romero Godoy, dedicada a las tareas de casa y muy aficionada al bordado. Y su padre, Miguel Prieto Román, jornalero y Guarda Mayor de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos. Isabelo recuerda cuando acompañaba de niño a su madre al Cuartel de la Guardia Civil a llevar la comida a su padre detenido y encerrado en la cárcel por no se sabe qué causa. Miguel también trabajó de jornalero en el cementerio viejo (lo que hoy es el parque municipal de San Ginés).
Nuestro personaje del mes tuvo de maestro a don Pedro Sánchez Martínez, quien le enseñó a dibujar, a escribir, también a jugar al ajedrez, todavía recuerdo cuando aprendíamos cantando los ríos y la geografía de España, rememora Isabelo, así como cuando iba a examinarse a Badajoz del Bachillerato, nos quedábamos varios días hasta finalizar los exámenes.
Con 17 años entra a trabajar en la oficina de la Hermandad Sindical, siendo presidente Leovigildo Loza Tejada. Esta institución fue una de las más representativas del ámbito rural durante los años del franquismo ante la pujanza que tenían los sectores de la agricultura y la ganadería en los pueblos, durante el periodo 1944-1977. Fue una organización sindical que protegía y asistía a los agricultores y ganaderos mediante un conjunto de organismo de rango local.
Isabelo Prieto presume de haber dedicado 46 años al servicio en la misma institución que su padre con el lapsus obligado del servicio militar. Una odisea la mili de dos años y medio que Prieto Romero pasó en Ceuta a los 21 años. Le cogió la guerra de Ifni entre fuerzas españolas y marroquíes con la pretensión por parte de estas últimas de controlar los territorios de Ifni, el protectorado sur y el Sáhara español, por entonces bajo administración española como parte de sus posesiones en el Sáhara Occidental, al norte de África, entre octubre de 1957 y abril de 1958 y que culminó con el abortado asedio de la ciudad de Sidi Ifni. Isabelo pasó mucha hambre, además en su familia le dieron por muerto. Estando en el infierno de la guerra, Prieto solicita al director del periódico HOY, entonces Herminio Pinilla, le manden el rotativo a Ceuta que le fue concedido gratuitamente, me lo mandaban por avión y todavía recuerdo que yo leía las noticias a soldados que no sabían leer ni escribir y les ponía al corriente de las noticias de Extremadura, de España y de todo el mundo; desde siempre leo a diario este periódico; muy agradecido a Herminio por aquel gesto.
Se licencia y regresa a Guareña. Cuando la tallesa va camino a la plaza de la parada, Isabelo ve a su madre vestida de luto y la saluda desde el interior del vehículo. Manuela no da crédito a lo que veía porque en la familia daban por muerto al joven Isabelo, es entonces cuando se desmaya en la calle, siendo atendida en casa de María Rosa Serrano donde se estaba produciendo el nacimiento de un niño. Todo un cuadro en aquel momento entre la comadrona atendiendo un parto domiciliario y el desmayo de una madre por ver vivo a su hijo que ya le daba por muerto en la guerra de Ifni.
Isabelo se incorpora de secretario en la Cámara Agraria para hacer numerosas funciones desde la institución agraria y ganadera: relacionarse con el Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA, más conocido por el servicio del trigo), contratar las guarderías rurales, gestionar las básculas de peso, preparar las cartillas del agricultor, celebrar la contratación de seguros colectivos contra el pedrisco o incendios, se regulaba el aprovechamiento de pastos y rastrojeras (y también la llamada pámpana) que se vendían por lotes conocido por el nombre del paraje (lote del Gamero, lote de Valdelapeña, lote de Las Rosas, etc.), vigilancia de los campos, mantenimiento de los pozos, avisos al agrimensor Amalio Fernández Pulido (encargado en la Cámara Agraria para medir fincas, deslindes, cordeles), entre otras funciones.
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La vida tranquila en el pueblo con paseos de verano por la carretera de la Estación hasta la curva, rememora Isabelo, el parque, y los cines de verano; mientras que la calle Grande, el baile de las golondrinas, y el teatro Victoria Esperanza, eran los divertimentos en invierno. En 1964 se casa con Juana Lozano que, fruto de su matrimonio, tienen tres hijos: Manuel, Juana María y Mercedes. Además de estos tres hijos, tengo dos nietas y otra en el cielo, completa su familia directa.
Debido a las necesidades imprevistas en el campo y a la época de cosecha, Isabelo recuerda que hubo algunos servicios para bien del sector agrícola, como fueron los años de suministros de patatas para la siembra aunque la gente se las comía por el hambre que había; surgió el Crédito Agrícola que repartió nueve millones de pesetas para ayuda de los agricultores con arreglo a las propiedades de cada uno, con intereses muy bajos; y las cosechadoras que facilitó la Hermandad con los primeros maquinistas José María Moreno y José María Núñez.
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Por mí han pasado toda la gente de Guareña, unas veces para arreglar el subsidio de ayuda familiar, que si cobros de la seguridad social, otras veces cartillas de desplazamiento, dice Isabelo, quien nos cuenta fuera de la entrevista los muchos favores que tuvo que hacer a gente que realmente lo necesitaba y encontraban auxilio en él, todavía hay quienes se lo agradecen.
No obstante, recuerda Prieto cómo los agricultores y ganaderos compraron el inmueble de lo que fue Cámara Agraria Local por 750.000 pesetas, en 1957. Y le cuesta ahora creer que haya sido cedida por la Junta de Extremadura al Ayuntamiento, cuando siempre fue de quien la compró; es decir, de los agricultores y ganaderos, ¿por qué pasó a la Junta? Tuvo una distinción con este organismo regional por lo bien archivado y ordenado que tenía sus cosas en la Cámara, era muy cuidadoso, le gustaba ordenar las cosas, y se sorprendieron los técnicos de la Junta de Extremadura cuando se encontraron los papeles todo ordenado en Guareña, dijeron que no se habían encontrado un pueblo como éste, apunta su hijo Manuel en referencia al bun trabajo que dejó su padre.
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Isabelo mantiene la afición a la lectura de prensa con el diario HOY y otros dos más nacionales, pero si gana el Valencia se compra también uno deportivo; la cosa es que últimamente ahorra porque su equipo no gana. Sus grandes aficiones siempre han sido la cocina y la lectura. Es un devorador de las novelas de Marcial Lafuente Estefanía. Está leyendo un libro de relatos de su paisano Hermenegildo Sánchez (Misceláneas) y le dejamos para que siga leyendo apasionadamente las noticias en el regional HOY.
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