Una vecina vive entre su nombre de pila y el popular

«Nadie me conoce por Antonia y sí por Petra». Esta es la historia curiosa de la vecina Antonia Mancebo Moreno, su nombre oficial, aunque todo el mundo en Guareña la conoce por Petra, nombre en la rumorología popular bien extendido. Esta vecina vive entre su nombre de pila, Antonia, y su nombre popular, Petra.

Hace más de 60 años que vive en la primera casa de la calle Hernán Cortés, acera de la derecha donde se consignan los números pares de la vía, con el número dos. Nació el 20 de diciembre de 1936 en una finca de Cabeza del Buey, cuando ya había estallado la guerra civil española y se llevaban cinco meses del conflicto. Antonia hará pronto 87 años a las puertas de la Navidad. Cuando un bebé nace en plena guerra, vive de niña la posguerra y Antonia se acuerda de las compras que hacía con la cartilla de racionamiento.

Cuando acabó la contienda civil regresó a Guareña con tres años a casa de sus padres en el número 22 de la misma calle Hernán Cortés.

La historia de los dos nombres

Lo del doble nombre le viene por la siguiente historia que nos cuenta. Su tío Eladio Moreno fue quien la inscribió en el Juzgado de Cabeza del Buey con el nombre de Antonia por su abuela materna, sin que su familia lo supiera porque Eladio se marchó rápidamente a Francia, huyendo de la guerra. Nadie de su familia sabía con qué nombre se había inscrito la niña. Sólo Eladio lo sabía.

Y aquí viene la segunda lectura. A la abuela Antonia se le murió una hija a los 13 años como consecuencia de la gripe, llamada Petra, de aquí le viene el nombre a nuestra protagonista. Aquella famosa gripe de 1918, fue una de las pandemias más devastadoras de la historia humana, ya que en solo un año acabó con la vida de entre 20 y 40 millones de personas, incluyó una alta mortalidad infantil, y se llevó también a Petra, hija de la abuela Antonia. Es por ello que nuestra protagonista tomara aquel nombre de la malograda Petra.

Fue poco a la escuela, «con doña Antonia Molina y me enseñó a leer tebeos», pero a sumar y a restar se lo enseñaron sus hijos. Tiene tres, Manuela, Santiago y Antonia, por este orden, frutos de su matrimonio con Anastasio Reyes Frutos, «41 años hace que murió», recuerda Antonia Mancebo que hace 63 años que se casó en la iglesia de San Gregorio. Le gusta mucho leer y actualmente está leyendo el libro 'Las herederas de la Singer', de Ana Lena Rivera, una conmovedora historia de las mujeres de una familia ligadas a una máquina de coser que custodió un secreto durante cuatro generaciones. Esta historia está leyendo Antonia.

Sus padres fueron Santiago Mancebo Gutiérrez y Juliana Moreno Ruiz, y ella es la primera de siete hermanos, y le siguen Eulalia, Juan, Matilde, Cati, Jacinto y Eladio, por este orden de mayor a menor. Tiene seis nietos y cinco biznietos que la llaman «abuela Petra». La vecindad también la conocen por Petra, pero ella firma con el nombre de Antonia, «es lo oficial», apunta sonriente.

Trabajó en Frutos Selectos de espulgadora, también fregando en la cocina del restaurante El Coto, así como en el polideportivo municipal.

Hace unos días, Antonia se hizo protagonista al cortar la cinta de inauguración de la calle Del Calderero, muy cerquita de su casa. Recorrió con su andador 40 metros que tiene la calle de longitud y mucha gente la felicitó. Ella es devota de la Virgen del Carmen y cuelga de su cuello una medalla del árbol de la vida, «que me regalaron mis hijos». Vive tranquila con su padecimiento de piernas y rodillas, pero pasea con su andador por su acera y por la Avenida de la Constitución «por aquí voy p'arriba y p'abajo, y cuando estoy cansada me paro y descanso, y así vamos tirando de la vida», dice Antonia, y también lo dice Petra al mismo tiempo.

• Temas
• Guareña