

El pasado sábado 25 de septiembre, el vecino Juan Moreno Parejo echó de menos a su perro Churri al sitio de La Estación. Lo busca pero no lo encuentra en todo el fin de semana. Y el lunes 27 alerta de la desaparición de su mascota y lo pone en conocimiento de la Policía Local, quien a su vez pasa la información a los agentes de la Guardería Rural Municipal.
Por el diseminado de La Estación hay muchos animales sueltos, entre gatos y perros, y, «fue que Churri saliera detrás de un gato«, asegura Juan, y se perdiese. Pero también hay inmuebles, bodegas y parcelas abandonadas. Tal es el caso del sitio conocido como »el paño de Cabanillas«, situado al otro lado de la vía férrea, enfrente de La Estación. Un lugar que tuvo su auge cuando la uva se cortaba para los mercados de Madrid y Bilbao, y también al extranjero. «En ese sitio de Cabanillas se metió Churri«.
Cuando los agentes de la Guardería Rural, acompañados de Juan Moreno, entraron en la bodega de Cabanillas, oyeron ladrar a un perro. Entraron en la bodega y cada vez se oía más cerca el ladrido del animal hasta que supieron de dónde venía «el auxilio de Churri«. Estaba dentro de un cono. Subieron las escaleras que conducen a los altos de la bodega y desde donde se ven todas las bocas de los conos, aunque algunos no se ven por estar cubiertos de maleza. »Y este fue el mal que sufrió Churri, que al no ver la boca del cono por la cantidad de hierba que cubría la boca, se cayó al fondo«. Unos conos de unos seis metros de altura.
Se necesitaba una escalera larga para poder bajar a los fondos del cono y poder salvar al animal. Contactan con el pintor Pedro Granado y éste colabora dejando su escalera para poder acceder a Churri. Y así lo hacen. Entran la escalera por la boca del cono y el guarda Francisco Benítez baja al fondo del mismo. Coge al perro con dificultad, debido a lo estrecho que resulta la escalera dentro del cono y los 25 kilos del animal. «Le subí al perro que estaba asustaíto por los dos días que llevaba dentro del cono», declara el agente de la guardería rural en el momento de salvar al perro.
Juan Moreno agradece a los agentes de la guardería rural del pueblo «que me hayan salvao a Churri, les doy las gracias«. De igual forma, el vecino Parejo lamenta el estado que se encuentra la bodega de Cabanillas, »con el peligro que puede correr cualquier persona o animal, deberían las autoridades ponerlo en conocimiento de la propiedad para que no haya accidentes que lamentar«.
Churri ya descansa tranquilo con su cuidador Juan Moreno y podrán celebrar el Día Mundial de los Animales, lunes 4 de octubre, en conmemoración de San Francisco de Asís. Santo que en vida tuvo que despojarse de todas las riquezas materiales, dedicándose a servir y ayudar no solo a sus semejantes, sino también a todos los animales, a los que consideraba hijos de Dios y los llamaba «hermanos».
Churri es un Braco, grande, color negro, dócil, de siete años, «está vacunao y tiene todo en regla, y además tiene seguro», según informó Juan Moreno.
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