Los guareñenses tendrán piscina este verano

En estos días se está procediendo a los trabajos habituales de acondicionamiento de la piscina municipal. El año pasado no se abrió al público por decisión del gobierno local tras una firma de los pueblos mancomunados, debido al inicio de la pandemia que «no podían garantizar una apertura segura y que no ponga en riesgo a usuarios y trabajadores».

Al día de hoy es intención del equipo de gobierno reabrir la piscina municipal para la campaña de verano, «siempre y cuando la incidencia por Covid 19 sea baja en nuestra población y con las condiciones establecidas por las autoridades sanitarias», según informa el consistorio municipal a través de las redes sociales. Los guareñenses tendrán piscina este verano, pero poniendo el ojo en la incidencia que pueda causar el virus.

Trabajos

De igual forma el Ayuntamiento está trabajando para la contratación del personal necesario para optimizar dichas condiciones. Se acondiciona el recinto, se limpia los fondos de la piscina, juntas de azulejos, reparaciones de mantenimiento, se recorta el césped natural, mantenimiento normal sobre el vaciado del vaso, limpieza generalizada de vestuarios y recinto, lleno de la piscina, según informa Juan Carlos Fernández, concejal de obras en el municipio.

El alcalde Abel González, aprovecha el mensaje a través de redes sociales para transmitir que «es necesario seguir extremando las medidas para evitar contagios, y que podamos disfrutar dentro de lo posible los meses de verano», dice en alusión a la piscina municipal.

El año pasado suscitó suscitó polémica

El año pasado el cierre de la piscina suscitó un intenso debate entre políticos y ciudadanos. Pueblos de la comarca de Vegas Altas del Guadiana, entre ellos Guareña, acordaron no abrir sus piscinas «por las severas exigencias del protocolo general de uso». El objetivo de aquella decisión tan delicada «fue frenar» la exposición a posibles contagios. Una medida drástica, «pero asentada en la convicción de hacer lo correcto en beneficio de todos y no poder poner ninguna vida en peligro».

El cierre de la piscina el año pasado afectó a muchos empleos entre socorristas, taquilleras, limpiadores, auxiliares de enfermería… y otros indirectos sobre el mantenimiento de la misma. Hubo vecinos que buscaron la salida de Guareña hacia otras poblaciones limítrofes que sí abrieron sus piscinas y no entendían que la de Guareña se cerrara.

Por su parte, el PP Guareña rechazó la decisión unilateral del gobierno socialista por no abrir la piscina «impidiendo a los ciudadanos disfrutar de unas instalaciones necesarias, debido a las altas temperaturas que se registran en nuestra localidad en los meses de verano, y sin haber tomado una decisión con calma, en función del avance de la pandemia», dijeron en su día los populares.

Por UPG, José Antonio García, creyó que cerrar la piscina y suspender los baños era una medida acertada, «viendo cómo está la situación ahora mismo (por entonces) y ante lo que nos estamos enfrentando». Creyó José Antonio que no abrirla el año pasado fue una decisión acertada porque veía que era muy difícil controlar todos los espacios de la piscina y cualquier medida que se tome para evitar contagio fue «una decisión acertada».