

Extraña situación la que vivió San Isidro, tanto el pasado jueves 14 como viernes 15, día de su onomástica. Ni hubo verbena ni hubo romería. Todo se debe a lo mismo. El dichoso COVID-19 sigue pasando factura y para que no se extienda el virus, toda concentración se suspende. Ya lo acordaron la Hermandad de San Isidro Labrador de Guareña, el párroco José Montesinos y el Ayuntamiento de Guareña, suspender las fiestas previstas para los días 14 y 15 de mayo, según lo anunciaron en comunicado de prensa.
El año pasado fue el cincuentenario de la Hermandad y este año querían celebrar las reformas y obras de remodelación que han llevado a cabo en las instalaciones de la Capilla de San Isidro, o lo que es lo mismo en el Hospitalillo.
El presidente de la Hermandad, Fulgencio Morcillo, estaba el viernes pasado atendiendo a los feligreses que entraban en la capilla abierta a la oración y a la limosna. No hubo misa en el Hospitalillo pese a ser el Día del Santo Labrador, patrón de los agricultores y ganaderos. Morcillo amablemente mostró la reforma que se había hecho. El patio había sufrido un cambio de orden. Todo estaba recogido y ordenado. Las obras de remodelación han consistido en sanear el patio, colocar un nuevo porche, nueva sala de reuniones para los miembros de la Junta de la Hermandad, y sacristía nueva que está a falta de vestirla con mobiliario propio. Aquel patio que hasta fue campo de baloncesto, ahora está más ordenado y limpio; y aun así espera reforma en su piso, según previsiones de Morcillo.
Campana nueva
El remate de las reformas ha sido una campana nueva, debido a que estaba dañada, «lo que hemos hecho ha sido fundir el bronce en Montehermoso y hacer una nueva campana donada por la Cooperativa del Campo San Pedro, pero el bronce es el mismo que tenía«, explicaba Fulgencio Morcillo para HOY Guareña. La pena que la campana no estaba colocada en el Día del Santo. Nada más entrar en el Hospitalillo sí se mostraba la campana asentada en el suelo de la capilla y al lado su badajo. Bajo su yugo de hierro forjado se encuentra atornillada la campana, en la que sobre su hombro reza «San Isidro» y sobre el medio de la misma una leyenda en latín: «Rivera me fecit« (Rivera me hizo), fundida en una de las cinco fábricas de campanas que quedan en España, y no lo dice el orgullo local de Montehermoso, sino el BOE. Gabriel Rivera es uno de los grandes campaneros de España que ha derretido el bronce y ha vuelto a crear la campana de San Isidro de Guareña. Y más abajo reza la leyenda en castellano «Donada por la Coop. del Campo San Pedro, Guareña año 2020».
Así que San Isidro pasó su día sin pena ni gloria. Recibió a vecinos feligreses y los dirigentes de la Hermandad preparan para septiembre celebrar un día de romería en honor a San Isidro, «siempre que haya garantías sanitarias suficientes», aclaran. Se hará pues, una fiesta en homenaje a la gente del campo, oración por el eterno descanso de todas las personas que han fallecido víctimas del coronavirus y Acción de Gracias por «la definitiva superación» de esta pandemia.
De momento San Isidro se quedó en su día sin verbena y sin romería, y sin misa en su capilla, lugar de la custodia de la imagen del Santo que preside el altar del pequeño, ordenado y limpio espacio religioso.
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