El laboratorio del Turuñuelo se traslada en breve al Centro de Interpretación

Con respecto a las novedades de última hora del yacimiento Casas del Turuñuelo «estamos preparando las publicaciones de los marfiles etruscos y una de las cosas más relevantes es que vamos a trasladar el laboratorio al centro de interpretación tartesos de Guareña y eso permitirá que los vecinos se acerquen a conocer el trabajo que hacen los arqueólogos entorno al estudio de la cerámica», según informa la codirectora del enclave, Esther Rodríguez.

«Trabajaremos sólo la cerámica, pero nos apetece compartir con todos los vecinos nuestro trabajo y que se acerquen a visitarnos», dice que próximamente se anunciará cómo se van a realizar esas visitas.

La excavación del taller del alfarero antes de la puerta principal de Casas del Turuñuelo, ha sido uno de los contextos más completos de la sexta campaña en este yacimiento de Guareña. Decenas de platos aparecieron que constituyen «las últimas piezas modeladas en este espacio antes de su abandono».

De todo el arsenal de la vajilla descubierta en la sexta campaña, entre platos, vasos, jarras…, hay muchísima cerámica, «este año sólo en el taller del alfarero habrá como 60 o 70 platos, esto no es reflejo de la población que se vivía en el yacimiento, ni mucho menos, porque si lo fuera, eso querría decir que en el yacimiento vivía ciento de personas, entonces no sabremos…, ojalá, pero es muy difícil estimar cuánta gente vivió en el yacimiento», según cree Esther. Señala que estimar la población en El Turuñuelo «es imposible», porque habría que haber excavado entero todo el yacimiento y todavía «no sabemos lo que queda debajo de todo el túmulo que queda por excavar, pero se podría decir que un 45% o así, se lleva excavado».

Trabajo de laboratorio

Cuando el equipo de arqueólogos termina la campaña de excavaciones, se dedican a trabajos de laboratorio, «al estudio de los materiales, la actualización de las planimetrías, redactar la memoria de excavación que hay que depositarla en la dirección general de patrimonio con los resultados, y estudiar las secuencias estratigráficas, pero fundamentalmente nuestro esfuerzo se centra en estudiar los materiales y comenzar a publicarlos en artículos científicos», revela Rodríguez.

Los dos mayores descubrimientos relevantes aparecidos en el final de la sexta campaña, con un final de vértigo y de grandes emociones, han sido, el descubrimiento de la pizarra y la puerta Este de acceso principal al enclave, la tan deseosa portezuela. «Siempre los hallazgos materiales tienen mayor relevancia sobre los hallazgos arquitectónicos porque son más llamativos, atraen más al público; para nosotros ha sido fundamental localizar esta puerta Este, pero también ha sido fundamental esa calle que justamente frente a la puerta con todas esas áreas artesanales que están justamente enfrente porque también está cambiando la percepción que teníamos del yacimiento, que durante mucho tiempo se ha tildado o se le ha denominado como si fuera un santuario, nosotros nunca nos hemos declinado por esta definición, pero si la gente en general y en muchas publicaciones, sobre todo los medios de comunicación, aparecía caracterizado como un santuario y a día de hoy sabemos que el valor o la capacidad, el papel político y económico y estas áreas artesanales así lo determinan que tiene el yacimiento, es mucho más destacado», explica pormenorizadamente Esther Rodríguez a HOY.

En cuanto a la pizarra, primero la alegría se centró en los grabados de los dibujos de tres guerreros, y después, gracias al epigrafista Joan Ferrer, éste alertó de la presencia en la misma pizarra de una inscripción sobre un abecedario. Dicha pizarra sigue en manos del equipo, «el objetivo ahora es analizar la pizarra, la materia prima para conocer la procedencia geológica de esta pieza y determinar si es una pizarra de aquí del entorno o procede de algún otro sitio, y comenzar a hacer el estudio». Detalla Esther que están viendo posibilidades de documentación gráfica a través de algún tipo de tomografía, escáner de láseres… «todo este trabajo se va a desarrollar en Extremadura. Estamos buscando laboratorios para hacer todo este tipo de análisis», dice.

Aprovecha Esther para informar que en Casas del Turuñuelo, todas las pizarras encontradas «las hemos visto con lupa porque ya en Cancho Roano apareció una con unos caballos grabados y sabíamos que en algún momento cabía la posibilidad de que una pizarra tuviese algún tipo de grabados, es la primera vez que nos encontramos con ello». A partir de ahora, asegura, «seguiremos mirando hasta la última pizarra… ojalá tengamos la misma suerte que en esta ocasión y encontremos más evidencias y, sobre todo, más evidencias de escritura».

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