Laura Salguero habló de las últimas novedades de Casas del Turuñuelo

Laura hizo un repaso de la «cultura híbrida», dijo, entre ciudadanos fenicios que llegaron por el Mediterráneo a la península ibérica y se mezclaron con los pobladores indígenas, naciendo »tartesos« (siglo IX a.C.). Con ayuda de las nuevas tecnologías inició su exposición explicando el núcleo de tartesos cuando se asentaron por el sur de la península, en el triángulo comprendido entre Cádiz, Huelva y Sevilla.

Después centró su explicación cuando el empuje de los tartesos se produce hacia el Valle Medio del Guadiana con la aparición de los yacimientos La Mata de Campanario, la Necrópolis Orientalizante de Medellín, el Cerro del Borreguero y Cancho Roano, ambos en Zalamea de la Serena, y desde hace diez años el descubrimiento del túmulo con restos tartesos en Casas del Turuñuelo, en Guareña, actualmente en su sexta campaña.

Presentó tres imágenes aéreas del túmulo de los años 1956, 1980 y 2015, donde se demuestra cómo ha ido menguando, registrando una medida de 92x70 metros en 2016. La excavación en El Turuñuelo cumple diez años (2014-2024) en su sexta campaña. Laura explicó cuando el equipo de arqueólogos descubrió la habitación 100 donde destacó el hallazgo de una bañera o sarcófago, aún por saber su origen, «en esta estancia no aparecen bigas y sí el adobe», detalló Laura, quien apuntó que la cubierta de esta habitación «los arranques eran curvos, lo que todo apunta a una bóveda». En la misma también apareció, en el centro de la estancia, un altar en forma de piel de toro.

Avanzó en las excavaciones de las estancias S2, la Norte (donde apareció el esqueleto de un resto humano, Desiderio, que no fue incinerado como un caso excepcional), el piso inferior bajando a tres metros por una gran escalinata de peldaños de pizarra y mortero de cal a un patio de 125 m2, donde se halló una hecatombe de unos 50 animales sacrificados entre caballos, bóvidos, cerdos, y un perro. También citó la escultura griega de «los piecitos», procedente su mármol de las canteras del pentélico que abasteció la construcción del Partenón de Atenas y cruzó el mediterráneo hasta llegar a Casas del Turuñuelo.

Y llegó Laura Salguero al gran hallazgo de la campaña anterior con los cinco rostros aparecidos «en la estancia de Gradas», de cinco caras de relieve con base plana que dieron la vuelta al mundo y pusieron el nombre de Guareña en el mapa.

En la actual campaña han abierto nuevos espacios en la zona este del túmulo, ha aparecido un «derrumbe muy interesante» con suelo de pizarra y entramado de vigas «para seguir profundizando en los estudios arquitectónicos del propio edificio», porque no solo es importante los objetos materiales encontrados, sino todavía más importante es la arquitectura del enclave «tan bien conservado hasta el día de hoy, nos está permitiendo avanzar mucho en los estudios de arquitectura», explicó Salguero.

Ruta turística tartesa

Santiago Guerra pidió una «ruta turística tartesa» que recorriera los enclaves tartésicos descubiertos y no se olvidaran pasar por Don Benito, partiendo desde Zalamea de la Serena, por Campanario, Don Benito, Medellín, y con final en Guareña.

En todas las campañas ha destacado y protagonizado un hallazgo en concreto sobre los demás, y en esta sexta no será menos cuando al final de la misma los codirectores Sabastián Celestino y Esther Rodríguez, presentes en la sala junto a otros miembros del equipo 'Construyendo Tarteso', anuncien y destaquen el hallazgo estrella de esta campaña. La asignatura pendiente con que empezó la misma fue encontrar la puerta principal del enclave. Laura dijo que aún no ha aparecido. No obstante, demos tiempo al tiempo y a seguir apelando al trabajo constante de los técnicos arqueólogos y a la paciencia.

Laura se vio arropada por sus compañeros arqueólogos que trabajan todavía en esta sexta campaña hasta, probablemente, sobre el diez de junio que finalicen los trabajos de excavaciones, según apuntó Sebastián a esta redacción. Laura recibió de manos del concejal de cultura del ayuntamiento de Don Benito, Francisco Javier Sánchez, un presente en recuerdo a su conferencia.