

El que fuera Hermano Mayor durante más de 50 años de la Cofradía del Santísimo Cristo del Silencio y María Santísima de la Amargura, Emilio Monago Monago, falleció hoy jueves a la edad de 81 años.
La Cofradía lamentaba en un comunicado el fallecimiento de Emilio, quien estuvo al frente de la institución religiosa que custodia sus imágenes en la iglesia de San Gregorio. Por tal motivo, «nos vemos en la obligación» de suspender la tercera procesión Extraordinaria con la imagen del Cristo del Silencio prevista para mañana viernes 10 de febrero, toda vez que la misa corpore insepulto «de nuestro Hermano Mayor honorífico« tendrá lugar en la iglesia de San Gregorio, »atendiendo así al deseo expresado en vida por el propio Emilio«, dice la nota informativa publicada en facebook.
«Convencidos de que la muerte no es el final y de que el buen Emilio ya goza de la Gloria, nos unimos a sus familiares, amigos y a todos los cofrades en oración por el eterno descanso de su alma», expresa la nota de la Cofradía enviada a esta redacción.
Agradecen, una vez más, a Emilio Monago los años de entrega, esfuerzo y dedicación a la Cofradía del Santísimo Cristo del Silencio y María Santísima de la Amargura, pues «gracias a él ha sido posible que nuestra hermandad llegue a su 75 aniversario».
Muchas muestras de condolencias llueven por las redes sociales ante la noticia de la muerte de Emilio. Se encontraba viviendo en la Residencia de Mayores de Guareña. El viernes pasado recibía la imagen del Cristo del Silencio en la citada Residencia, pero el pasado domingo era ingresado en el Hospital de Mérida por insuficiencia respiratoria.
Historia
Se crió con juegos en 'la Cerquilla', un espacio libre, de ruinas de una iglesia inacabada, muy cercana a su casa. La educación recibida y la cercanía a la iglesia de San Gregorio, le marcan su vida e ingresa de monaguillo a las órdenes del cura don Felipe Amador Yuste.
De niño fue al colegio público San Gregorio con su primer maestro, don Pedro Sánchez Ballesteros, y también le dio clases don Valentín Muñoz. Después fue a la escuela de don Isidoro Gallardo Mendo en su misma calle. Y cuando dejó la escuela a temprana edad se dedicó a las tareas del campo por cuenta propia.
De pequeño solía no faltar a misa a San Gregorio tras recordatorio de su madre. Cierto día don Felipe Amador Yuste, párroco de San Gregorio, le invitó a ser monaguillo cuanto tenía nueve años, pues veía en el niño que era constante y tenía interés en las cosas de la iglesia. Con los años a Emilio le gustaba ayudar al cura, preparar los utensilios litúrgicos: cáliz, copón, incensario, hisopo, crismera, vinajeras, patena, estola, velo humeral, corporal, palia, purificador, naveta, bandeja para la comunión, campanillas, manteles, paños o lienzos, lavabo, acetre... También ayudó a los curas Enrique Sánchez, Maximiliano Sánchez, Ramón Serrano, Ramón Timón, Ángel Merino, Francisco García, y otros. De él han aprendido muchos coadjutores y párrocos que han pasado por San Gregorio porque confiaban en Emilio. Eugenio Albalate, le llama gregoriano por estar tan pegado a San Gregorio.
Más de 50 años de Hermano Mayor
En abril de 2014 cumplió 50 años al frente de la Cofradía del Cristo del Silencio. El Jueves Santo de ese año no pudo salir en procesión debido a unas dolencias en las piernas que le dificultaba andar, pero llegó a organizar la procesión y la recibió en San Gregorio. Emilio nació un 21 de mayo de 1942 en San Gregorio, 39. Hijo de Juana Monago Moreno, ama de casa, y de Diego Monago Caballero, trabajador en el campo. Del matrimonio nacieron dos hijos, Francisco y Emilio.
Llega el año 1964 y tan joven, con 23 años, Emilio Monago ostenta la responsabilidad de dirigir la Cofradía del Cristo del Silencio. Y comenzó a sembrar en el colectivo religioso. Antes de su llegada las mujeres no era costumbre que pertenecieran a esta cofradía, sin embargo Emilio consiguió que se pudieran inscribir. Cuando entró de Hermano Mayor la Cofradía reunía 24 cofrades de la Virgen y 33 del Cristo. Cuando Emilio cumplió 51 años de Hermano Mayor había casi 900 cofrades. Es, junto con la cofradía de la Virgen del Carmen, la más numerosa de seguidores en la población.
El cirineo del Jueves Santo
En 1948 era Juan Parejo el primer Hermano Mayor de la cofradía del Cristo del Silencio, después Francisco Herrera, le siguieron Marcial Triguero, don Justo el médico, Gabriel el de Banesto, Eduardo Mancha López, Eduardo Mancha Rebollo, y Emilio Monago, el más longevo Hermano Mayor que tuvo la cofradía de El Cristo del Silencio. En la actualidad es Juan Pedro García.
Declaró en vida a HOY Guareña que un Hermano Mayor de una cofradía «no es sólo de un día ni ponerse la capa y coger la vara el Jueves Santo; es todo el año. Consiste estar al frente de una cofradía grande, llevarte bien con tus compañeros y llevarte bien con otras cofradías del pueblo».
En el doblao de su casa ha custodiado durante muchos años elementos, ropas..., pero sobre todo destacaba la imagen de Simón de Cirene que sale cada Jueves Santo junto al Cristo del Silencio. Anecdótico pensar que Emilio Monago tuviera cierto paralelismo con este personaje. Todo parece casual el encuentro de Simón con Cristo y su Cruz. Casual es su presencia en la ciudad Santa, casual es su paso por aquel lugar, casual es que le fuercen a llevar la Cruz del Señor. Pero aquellas casualidades son ocasión de una transformación profunda en aquel hombre, más llamativa, si cabe, por inesperada. Igual le ocurrió a Emilio que la casualidad de ir a misa hizo al cura Felipe cruzarse en su camino invitándole a ser monaguillo y más tarde coger las riendas de una cofradía y custodiar al Cirineo durante todo el año. Dos personajes que se miran por la misma causa, seguir al Nazareno. El Cirineo del Jueves Santo acaba de unirse a su Cristo del Silencio. Descansa en PAZ.
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