PEDRO FERNÁNDEZ LOZANO
Miércoles, 12 de octubre 2016, 19:06
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Esther Rodríguez González es codirectora de las excavaciones en El Turuñuelo y agradece el interés que HOY Guareña muestra con los hallazgos que están sucediéndose en este yacimiento situado en el término municipal y que llaman Casas del Turuñuelo, y explica para este medio en una entrevista mantenida con la técnica arqueóloga del CSIC, una excavación que se dirige desde el Instituto de Arqueología de Mérida, un instituto de investigación mixto entre el Consejo Superior de Investigación Científicas (CSIC) y la Junta de Extremadura.
Las excavaciones en el yacimiento de 'Casas del Turuñuelo', localizado en la Vegas del Guadiana dentro del término municipal de Guareña, comenzaron en el año 2014, momento en el que llevamos a cabo la ejecución de un sondeo estratigráfico para conocer la potencia arqueológica del enclave, explica Esther Rodríguez.
Su estado de conservación tan bueno se debe tanto a su cubrición, dice, lo que ha permitido la ocultación de los restos y su preservación a lo largo de los siglos, como a la fertilidad y humedad de la tierra que los oculta.
El yacimiento del Turuñuelo destaca principalmente por el elevado volumen de restos cerámicos que atesora, desde una enorme vajilla de platos fabricados en el entorno del propio yacimiento, hasta cerámicas griegas de importación; pero también son de destacar los restos metálicos, entre los que llama la atención la presencia de un gran caldero de bronce y una parrilla, entre otros.
Con la información que manejan estos arqueólogos hasta el momento, todavía muy escasa si tenemos en cuenta las dimensiones del túmulo a excavar, todo parece apuntar a que se trata de un único edificio exento con una planta muy particular que no guarda paralelos con otros edificios conocidos.
El túmulo de 'Casas del Turuñuelo' conserva en la actualidad una hectárea de extensión, pero saben los técnicos por las fotografías aéreas del Vuelo Americano que su extensión fue mucho mayor.
En las dos campañas de excavaciones que se han llevado a cabo entre 2015-2016, apenas han excavado un 7% del total. Y en este pequeño porcentaje ha sido mucho lo que han encontrado, con lo que se espera todavía más a medida que vayan descubriendo. La primera campaña de excavación llevada a cabo en el año 2015 se realizó gracias a los fondos FEDER aportados por la Junta de Extremadura. En la actualidad, se trabaja dentro del marco de un Proyecto Nacional I+D de la Secretaria de Estado de Investigación, denominado 'Construyendo Tarteso'.
Se dice que El Turuñuelo puede considerarse el mayor resto tartésico de Extremadura, Esther cree que, fundamentalmente es debido a su estado de conservación tanto arquitectónica como material.
El edificio que actualmente excavan data del siglo V a.C. (hace 2.500 años); pero no descartan la posibilidad de que existan edificios más antiguos bajo la planta que actualmente estudiamos, como ocurre en el caso de Cancho Roano, en Zalamea de la Serena.
En lo que se lleva excavado hasta el momento no se han encontrado restos humanos, los únicos restos óseos documentados pertenecen a animales, según Rodríguez.
Desde que iniciaron los trabajos en el yacimiento del Turuñuelo, tanto los propietarios como los trabajadores de la finca han mostrado siempre su interés por los trabajos de los técnicos y han puesto a su disposición todo aquello que han necesitado; en muchas ocasiones han sido unos colaboradores más en los trabajos de excavación, reconoce Esther.
Cuando le preguntamos a la codirectora de estas excavaciones quiénes eran estos moradores tartesos y si eran muchos los que habitaban en El Turuñuelo, reconoce que la pregunta es compleja de responder cuando únicamente conocemos dos estancias del edificio y todavía no contamos con datos suficientes para dar por cerrada la funcionalidad a la que estaría destinada esta construcción.
Como las predicciones meteorológicas apuntan por estos días a que llovería por Extremadura, se ha decidido cubrir el yacimiento para preservarlo de las inclemencias del tiempo. En el Turuñuelo se conservan muros de gran altura y hace que los restos materiales documentados se localicen a dos, tres y hasta cinco metros de profundidad. Y ha sorprendido a estos arqueólogos por los hallazgos insólitos encontrados. Uno de los elementos más llamativos del yacimiento ha sido la aparición de un caldero de bronce, junto a otros elementos que lo relacionan con un ritual de comensalidad. Aparece mucho bronce en este yacimiento, en época tartésica, se vincula a actividades de culto y de prestigio social, a pesar de que el hierro es ya un elemento habitual, manifiesta Rodríguez.
La codirectora del Turuñuelo cree que este yacimiento se ha convertido en un ejemplo excepcional para el estudio de la arquitectura tartésica, así como de su organización social y económica dentro del sistema que rige el Guadiana Medio durante esta época. En la página de facebook Construyendo Tarteso puede seguirse el transcurso del proyecto.
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