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Momento de la inauguración de la muestra arqueológica provincial, habla el alcalde de Guareña Abel González.
Piezas arqueológicas de diferentes etapas históricas conmemoran los 150 años del museo provincial

Piezas arqueológicas de diferentes etapas históricas conmemoran los 150 años del museo provincial

Podrá verse hasta el 31 de mayo en la sala de exposiciones de la Casa de la Cultura y fue presentada el 4 de mayo por el alcalde de Guareña, el director general de bibliotecas, museos y patrimocio cultural de la Junta, la diputada provincial de cultura, y el director del museo arqueológico de Badajoz.

REDACCIÓN HOY

Miércoles, 10 de mayo 2017, 20:19

La sala de exposiciones del Centro Cultural de Guareña acoge desde el 4 y hasta el 31 de mayo la exposición de los 150 años del museo arqueológico provincial de Badajoz (1867-2017). Se trata de una valiosa muestra de piezas arqueológicas de diferentes etapas históricas y los vestigios que dejaron en todo este tiempo. La inauguración de la misma tuvo lugar el jueves 4 de mayo y contó con la presencia del Alcalde de Guareña, Abel González Ramiro; el Director de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, Francisco Pérez Urbán; la Diputada de Cultura de Diputación de Badajoz, Cristina Núñez Fernández; y el Director del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, Guillermo Kurtz Schaefer.

Esta exposición tiene como fin conmemorar los primeros ciento cincuenta años de existencia del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, cuyo germen fue la definitiva constitución en 1867 de la Comisión Provincial de Monumentos, siendo secretario Tomás Romero de Castilla, quien empezó inmediatamente a conformar el museo.

A lo largo de este siglo y medio el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz ha tenido la función principal de custodiar y difundir toda la arqueología de la provincia de Badajoz, desde los comienzos de la población humana hasta prácticamente el presente. Esta exposición pretende resumir dicha arqueología, y presentarla fuera de su sede habitual en diferentes puntos de la provincia, facilitando el acceso de sus habitantes al gran potencial de información contenido en este museo.

Catorce vitrinas

La muestra se articula en catorce vitrinas, en dos filas de siete y cada una representa un aspecto concreto de la cultura humana del pasado. La primera, referida al paleolítico (750.000-10.000 a. C), periodo durante el cual los humanos eran cazadores y recolectores itinerantes, se muestran cantos tallados; la segunda y tercera, el calcolítico (2.600-1.800 a. C) presenta dos vitrinas, o primera edad del cobre, periodo en el que se produce asentamientos definitivos y continuados de poblaciones humanas que vivían de la agricultura, la ganadería, la caza y la pesca, fabricaban cerámica y estas dos vitrinas presentan un variado instrumental de piedras con gran variedad de formas, y puntas de lanza de cobre, metal que empieza a utilizarse en esta época; la cuarta, edad del bronce (1.800-800 a. C) que supuso un cambio sustancial de la cultura y la sociedad con jefaturas destacadas y especialización en el trabajo, con producción y explotación del metal, con enterramientos en dólmenes, y un mayor repertorio de instrumental metálico; las dos siguientes, quinta y sexta vitrina, es el periodo llamado orientalizante (800-450 a. C), finales de la edad del bronce, las culturas locales entraron en contacto con las corrientes del Mediterráneo, específicamente fenicios y griegos, dando lugar al nombre de este periodo, o tartésico. Este contacto dio lugar a transformaciones en la cultura local, que se convirtió en más urbana e incorporó nuevos elementos, costumbres y tecnologías a su vida diaria, apareció la cerámica fabricada a torno, avances en la metalurgia, y nuevas imágenes, casi todas importadas, se muestra una vasija fabricada en el área fenicia del Estrecho de Gibraltar y que originalmente contenía vino, una estatuilla de la diosa Isis de influencia egipcia, y un terminal de vástago (quizá de un carro) que representa un león, y en lo tocante a producciones indígenas, se expone un asador de bronce, un plato y una pieza de arreo de caballo con representaciones del mismo animal, así como un plato gris local y un texto escrito en escritura del Suroeste o tartésica, e igualmente, una copa griega de barniz negro o kýlix; las dos siguientes, séptima y octava vitrina, corresponden a la segunda edad del hierro (450-100 a. C) que supuso una economía fuertemente agrícola, con herramientas varias para la agricultura, casi idénticas a las actuales, y una tinaja de almacenamiento decorada con motivos impresos representando caballos, eran poblaciones articuladas sobre la base de una clase de guerreros montados a caballo, tenían una significativa industria textil, representada aquí por fusayolas (pesas de huso para hilar) y fíbulas (imperdibles) para sujetar las prendas, hay testimonios de creencias religiosas complejas, representadas por un vaso calado ritual y una urna cineraria de un enterramiento de cremación; la novena vitrina corresponde al trabajo del hierro (150-25 a. C) con varios objetos del siglo I a.C, que juntos conforman una representación de los talleres de herrería hasta un pasado muy reciente, se observa el parecido entre estos objetos de hace dos mil años con los actuales o con los que se utilizaban hasta hace muy poco en casi todos los pueblos; las dos vitrinas siguientes, la 10 y la 11, tituladas 'Roma' (155 a. C-300 d. C) que supuso un cambio sustancial de la cultura y de las costumbres, representada por la vajilla romana, en cerámica, bronce y vidrio, que revela la existencia de nuevas formas y costumbres culinarias, lo que indica una forma enteramente nueva de vivir, un idioma común (el latín), veneración a dioses y transmisión del poder imperial, se mantuvo y desarrolló la base económica anterior, fundamentada en la agricultura y la ganadería, ejemplificadas por una hoz y un cencerro, y se potenció la minería, representada por un pico; la número 12, tardorromano-visigodo (300-710 d. C), fase final del imperio romano de gran complejidad, pues se caracteriza por profundos cambios dentro de la continuidad cultural general, pueden verse especialmente en como las formas artísticas clásicas se esquematizan (un ejemplo es la cabeza de estuco expuesta, otro la columna, que resume las tres partes de una columna tradicional: basa, fuste y capitel), introducción del Cristianismo, representada por una inscripción funeraria, supuso una verdadera revolución en la componente religiosa del momento, y la llegada de pueblos germánicos, especialmente visigodos, alteró el equilibrio político y señaló el fin del poder imperial; vitrina número 13, el Islam (711-1.230 d. C.), la conquista de la Península en el siglo VIII d.C. por ejércitos musulmanes supuso un cambio significativo, introducción de una nueva escritura para un nuevo idioma (el árabe), en función de la existencia de un libro sagrado, el Corán, escrito en dicho idioma, y que era el lenguaje del nuevo orden político, se expone una muestra de esta escritura, nuevas formas cerámicas, monedas, un pie de brasero rematado en cabeza de león, y pipas de kif o hachís; y la última vitrina número 14, dedicada al Medieval Cristiano (1.230-1.500 d. C), termina la exposición con esta estantería dedicada a este periodo posterior a la conquista de este territorio por los reinos del norte en el siglo XIII, concretamente hacia 1230, centra la vitrina un hacha de guerra de hierro, también se exhibe un adorno con el anagrama de Juan I de Castilla, y dos placas con motivos heráldicos, la Cruz de Calatrava en la cuadrada, y motivos de castillos en la redonda, así como una alcancía, o hucha, típica de la época a la que se han adjuntado monedas de los Reyes Católicos, y además un fragmento de plato decorado con un pez y un orinal.

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