Un doblao de casa tradicional de Guareña.

El doblao, una palabra ajena al Diccionario, pero que encierra la memoria familiar

Muchos se han convertido en museos etnográficos y es la parte de la casa en la que se recoge la historia de la familia que la habita.

PEDRO FERNÁNDEZ LOZANO

Miércoles, 25 de octubre 2017, 18:56

El doblao es una parte de la casa tradicional extremeña, por más que la Real Academia Española no reconozca la palabra doblao. No está registrada la acepción. La RAE recoge otras palabras por si te has equivocado en escribir doblao: dobla, doblado-a, doblar, y doblo. La DRAE es la obra lexocográfica de referencia de la Academia. Los académicos, lingüistas y escritores, como científicos de la lengua reconocen que si "todos dicen una palabra ¿por qué no reconocemos esa forma?". Pues bien, si en la baja Extremadura y en un punto considerado 'cuna del castúo' se dice 'doblao' al desván de la vivienda tradicional, ¿por qué no lo recoge el DRAE? Y daría igual que no lo recogiera porque el pueblo quizás más sabio muchas veces que los lingüistas- va a seguir diciendo 'doblao' al desván de su historia. No reconoce la palabra doblao, dicha así, como bacalao y Bilbao. La considera un andalucismo. Si el hecho de que, en buena parte de Extremadura se llame doblao al doblao no fuera motivo suficiente para ello, el DRAE podría tener en cuenta que en un doblao extremeño fue escondida y estuvo emparedada (al menos 435 años) la biblioteca de Barcarrota, un auténtico tesoro bibliográfico y que en un doblao fue hallada en un alumbramiento que estremeció al mundo de la cultura.

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En cualquier caso lo que valoramos del doblao es lo que encierra todavía. Lo que ha supuesto y lo que le queda de supervivencia porque ya está considerado un museo etnográfico por las muchas piezas del pasado que todavía conserva: costales, cribas y cribones, zarandas, trillos, serones, aguaderas, sartenes, cuartillas y rasero, etc. Muchas de estas cosas cuelgan sobre sus paredes.

Pero muchos de los doblaos han desaparecido y se han convertido en viviendas. ¿Dónde fueron a parar tantas cosas que guardan los doblaos? Seguramente se tiraron. Qué pena que estén desapareciendo recuerdos de nuestras vidas. El doblao también fue secretos de adolescencia, fue una parte íntima de la persona, almacén de cosas viejas, y que todavía vienen al recuerdo lo que se guardaba: cereales, carbón y carbonilla, habas, el jamón del cerdo enterrado en sal para su cura, también los tocinos, los jabones de cáustica, tomates de cuelga, los cobres de ajo colgados de los palos, juguetes, baños, baúles, pipas para secarse y que sirvieran de simiente, etc.

El doblao o desván de la casa rural de Guareña es el lugar donde mayormente se guardaban los cereales en las trojes para tener separado los distintos tipos de grano y que no se esparcieran por todo el suelo del doblao; y parte de la matanza también porque la mayoría de ella se guardaba en la cocina y la despensa. "Sube al doblao y trae un cuartillo de trigo", se decía antiguamente. Y alguna letrilla se oía en referencia al doblao: "¡Vivan los recién casaos,/ Dios les dé salud, dinero,/ mucho trigo en el doblao/ y las ganas pa comerlo!".

A esta parte superior de la casa se accedía por una escalera que normalmente estaba en el segundo o tercer zaguán de casa. Su altura dependía de la casa en sí, los había muy bajitos y los había de hasta tres metros al caballete, con cubierta de cañizos y palos y la teja árabe. Sus paredes eran de ladrillo cocido con paja, adobe, y lucido de cal.

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