PEDRO FERNÁNDEZ LOZANO
Lunes, 29 de octubre 2018, 19:08
Tanta competencia había en Castuera con la cerámica en la construcción de tinajas, que un tal Miguel Chamizo (abuelo del poeta de Guareña) se vino a este pueblo porque aquí no había costumbre ni tradición alfarera. Encontró buenas tierras, buena materia prima y se instaló con su familia en Alberquilla, cerca de la alberca San Roque.
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La tradición alfarera era propio de llevarla entre la familia. Un trabajo de Miguel Alba Calzado, escrito en 1998, describe la familia de los Chamizo oriundos de Castuera. Miguel tuvo tres hijos; Francisco (primogénito), tuvo tres hijas de la primera esposa, seis hijos de la segunda, tres de ellos varones (Francisco, Eumiciano y Joaquín) que trabajaron juntos hasta la guerra civil; Miguel, que tuvo seis hijas y tres varones (Juan Luis muere de niño, y a Julián y José, tinajeros, se les da por desaparecidos en la guerra civil, en el Cerco Madrid); y Joaquín, que tuvo dos hijos varones, uno muere de niño y el otro es el poeta Luis Chamizo.
Cuenta Alba que Guareña llegó a superar en volumen de producción a la localidad de origen de donde procedían los Chamizo y a cualquier otro centro extremeño, "favorecido por introducir novedades en la oferta de los envases y contar con un revolucionario canal de distribución comercial: el ferrocarril". La fábrica en calle Alberquilla, todavía se aprecia la magnitud de naves altas, anchas y largas. Aquí se fabricaban tinajas y conos de grandes dimensiones, se cargaban en carros y se transportaban hasta el almacén en la Estación de Ferrocarril (lo que fue después Frutos Selectos), donde todavía se puede apreciar un ramal de vía muerta que llegaba a estos almacenes y desde aquí se cargaban las tinajas y conos en vagones con destino a Portugal, Andalucía y Castilla La Mancha.
La forma panzuda de la tinaja "se había mantenido incuestionable a lo largo de la historia", de Miguel Alba, hasta que Joaquín Chamizo obtuvo la patente de invención de la tinaja cilíndrica de manos del rey Alfonso XIII. La forma oronda de la tinaja es sustituida por una forma cilíndrica que define al cono. Éste admite "mayor capacidad que la tinaja precisando menos espacio" y emplazados "unos con otros apenas dejan huecos libres intermedios", detalla Alba en su trabajo. Dice que en Guareña llegaron a urdir conos de hasta 500 arrobas (8.000 litros). Y tuvo mucha acogida comercial los conos de don Joaquín Chamizo.
Murió el padre del poeta en 1918 y su hijo Luis Chamizo "será el último eslabón de una cadena generacional dedicada a la alfarería", señala Alba. La fábrica pasó a llamarse 'Viuda de Joaquín Chamizo'.
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