

Las palmeras de Guareña han sido recientemente tratadas del picudo rojo desde el lunes 27 al jueves 30 de abril.
El picudo rojo, es actualmente uno de los insectos más dañinos para las palmeras en el mundo, provocando por lo general, la muerte de la palmera. Los expertos apuntan que es originario de las regiones tropicales del Sureste Asiático y Polinesia. Comenzó su expansión hace 25 años atacando a palmeras datileras de los países del sur de Asia, Península Arábiga e Irán. Fue introducido en el norte de África a través de Egipto en el año 1993 continuando su expansión hacia los países europeos, Italia, Francia, Portugal y España, y siempre ligado a la importación de palmeras. Esta es la historia de cómo se desarrolla el picudo rojo por el mundo.Dos operarios, uno dando el tratamiento de ducha y el otro proporcionando el inyectado, han estado en Guareña para tratar esta plaga que afecta seriamente a la vida de la palmera datilera, básicamente.
El tratamiento realizado es el mismo que se dio el pasado otoño, según informa la delegada municipal María Luisa Mancha Juez, concejala de parques, jardines y servicios externos en el Ayuntamiento de Guareña. O sea, ha sido la segunda fase y «se han tratado 77 palmeras que son las que cuenta Guareña, dice. De éstas, »hay dos o tres que están muy afectadas, seguramente se tendrán que replantar«, informa Mancha.
Indica que se han hecho dos tratamientos, uno en otoño y otro en primavera. «Es lo que se aconseja para el control de la plaga del picudo rojo, pero es complicado porque hay particulares que las tienen y no las tratan, aunque se les ha avisado, y es que por todos los alrededores estamos rodeados de la plaga, haremos lo que podamos para mantenerlas», según explica María Luisa Mancha.
Reconoce que están satisfechos con el trabajo que ha realizado la empresa encargada del tratamiento del picudo rojo, «es más, el anterior tratamiento se les avisó de que había alguna palmera con picudo vivo después del tratamiento y vinieron inmediatamente y las volvieron a tratar. Es personal muy cualificado y responsable».
Señala que se han asesorado por varios profesionales y «estamos haciendo lo que nos han indicado para el control, aunque como digo, es complicado erradicarlo por la expansión tan grande que tiene. El picudo se desplaza volando hasta 15 km diarios y hay mucho en todos sitios«, explica para HOY Guareña la delegado de parques y jardines.
Tratamiento
La concejala informó a los vecinos de la localidad a través de la red social de facebook que siguiendo con el plan de prevención y exterminación del picudo rojo se ha estado llevando a cabo hace unos días el tratamiento en las palmeras pertenecientes a este municipio por parte de la empresa Fumigaex.
El tratamiento ha consistido en una ducha de 70 litros de producto homologado por la Junta de Extremadura para tratamiento de parques y jardines públicos por cada palmera para acabar con las larvas, más una inyección para evitar que el picudo rojo anide en la misma, informa Mancha Juez. «Es un insecto difícil de controlar y erradicar pero seguiremos trabajando para mantener nuestra población en un estado óptimo», dice.
Síntomas
La sintomatología observada en las palmeras es debida a la actividad alimenticia de las larvas y por los adultos en menor medida. La larva penetra por el capitel o corona, o directamente al tronco o estípite, perforando galerías de hasta más de un metro de longitud, las galerías parten de la corona y se ramifican en el interior, las hojas centrales amarillean y se marchitan, de forma que en pocas semanas, la práctica totalidad de la corona se ve afectada, y si las galerías dañan la yema apical, la palmera muere.
Los síntomas se manifiestan con: hojas externas caídas, con señales evidentes de desgarramientos a nivel de la inserción con el tronco; desplomado general de la corona de hojas; un aspecto ligeramente decaído de las hojas más tiernas del penacho central (palmito), que viran de color amarillo al pardo rojizo; orificios en el corte de las tábalas de la valona; restos de pupas (capullos o croquetas) entre tábalas y hojas; flechas con ángulo sobre la vertical; retorcimiento de las hojas en las axilas; foliolos comidos o perdigonados; raquis comidos y/o tronchados; en hojas en el suelo, producto de una poda: en el corte se observan galerías de 1-2 cm. producidas por larvas; y restos de fibras.
Todos estos daños, causados por larvas y adultos en su alimentación, se hacen patentes y visibles demasiado tarde, y cuando los primeros síntomas de infestación aparecen, son tan graves que tienen como resultado la muerte de la palmera, según los expertos en los tratamientos de picudo rojo.
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