Guareña se abastece del Canal de Zújar. La Cuenca del Guadiana que nos afecta es el conjunto comunicado por 13 pantanos. Todos presentan una preocupante situación hidrológica por la sequía que sufre la citada Cuenca. Los principales embalses que afectan a los regantes del Zújar, presentan: Cijara 267,8 hm3 (17,8%), García Sola 278,4 hm3 (50,2%), La Serena 473,4 hm3 (14,7%), Zújar 155,1 hm3 (51,4%), y Alange 183,8 hm3 (20,9%), según datos recogidos del parte semanal de embalses de fecha 7 de febrero de 2022, de la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
La situación es la siguiente: De los 1000 hm3 que se tienen hay disponible para el riego de 13 embalses y para esta campaña 482,39 hm3, y además se quedaría una reserva en el pantano de la Cuenca del Guadiana para dos años, tanto para la población como para el mantenimiento de los cultivos permanente, según informa a esta redacción el presidente de la Comunidad de Regantes del Canal del Zújar, Miguel García Serrano.
¿Cómo se reparte el agua del Zújar para esta próxima campaña de riego?, a lo que García responde que se van a dar 4.000 m3 por hectárea y explotación; «tenemos que repartir el agua que disponemos, los 482,39 hm3».
Asegura que los regantes del Zújar, «somos de los que mejor en situación estamos, debido al ahorro que hemos hecho en campañas anteriores y por la infraestructura de nuestra red de riegos«. »No derramamos nada de agua y controlamos el agua que se gasta«, recuerda Miguel.
Señala que, desgraciadamente, «no podemos ayudar» a otras Comunidades de Regantes que necesitan el recurso como hemos hecho en campañas anteriores «porque nos hace falta dotación».
Miguel García reconoce que estamos viviendo una sequía preocupante. Cree que la solución pasa por «la construcción de más pantanos y un trasvase dentro de la región extremeña».
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Extremadura
La sequía provoca falta de agua para que la ganadería beba, lo que dificulta su supervivencia. Además, impide el desarrollo de pastos para la alimentación del ganado, lo que obliga a los agricultores y ganaderos alimentar a los animales con piensos, heno o forrajes.
El cielo lo puede arreglar, como ha sucedido en otros años, pero, de momento, la realidad del regadío extremeño es muy inquietante. Los agricultores y las industrias de la cuenca del Guadiana, donde se concentra el peso de los regantes extremeños, tienen reservas de agua para un 38% de una campaña normal. Solo el 38%. Lo habitual, según indica Manuel Mejías, secretario general de Población y Desarrollo Rural de la Consejería de Agricultura, es una dotación de 1.293 hm3 para regar, una vez descontada el agua obligada para asegurar el abastecimiento humano y el caudal ecológico del Guadiana y de sus afluentes. En estos momentos la cantidad disponible para riego es de unos 490 hm3. Poco más de un tercio de lo necesario para que no se activen restricciones en el suministro de agua.
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Para remediarlo, la Junta de Extremadura pide al Gobierno de España medidas fiscales y ayudas directas a través de un real decreto que ya estaría en manos del Ejecutivo central.
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