Cinco rostros tartésicos encontrados en el yacimiento de Casas del Turuñuelo de Guareñase despiden de Extremadura tras una prórroga de un mes de exposición en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. Finalmente van a ser trasladados en los próximos días hasta Madrid para ser estudiados en profundidad. Y volverán de nuevo al citado Museo.
Estas cinco caras descubiertas en el yacimiento de Guareña viajarán al Instituto de Patrimonio Cultural en Madrid donde permanecerán varios años para su restauración antes de que regresen al Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. Han estado expuestas durante siete semanas y han recibido la visita de cerca de 17.000 personas que han podido admirar la belleza de estas piezas inéditas. Se trata de las primeras caras, rostros humanos, descubiertos en la cultura tartésica.
Los visitantes no han dejado de venir hasta el último día de exposición (domingo 9 de julio). A la gente le ha parecido interesante por ser «una de las cosas que hay que venir a visitar», también importante de visitar estas caras, y han aprovechado el último día porque a la gente le parece un momento único de la historia de Extremadura, conocer una cultura tan importante como la tartésica para toda España.
La muestra arqueológica de estas caras tartésicas se programó inicialmente para dos semanas, desde el 23 de mayo al 4 de junio, pero se amplió un mes más por el éxito de público y en todo este tiempo unas 17.000 personas han podido contemplar de cerca las únicas representaciones de rostros humanos conocidas en la cultura tartésica.
Sin duda fue el principal hallazgo de la quinta campaña de Casas del Turuñuelo en el término de Guareña, estas cinco cabezas. Dos de ellas de mujer, otra de un guerrero, y otras dos que están por identificar.
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Son del siglo V a.C. y de extraordinaria belleza. Probablemente las esculpiera un artista oriental siguiendo el ideal del canon griego, pero su valor no es incalculable solo por eso, sino porque son únicas en el mundo. Y porque revolucionan el estudio sobre la cultura de Tarteso al cambiar la historia del arte antiguo. Es decir, porque son cinco rostros que cambian la historia.
Nunca antes habían aparecido, en ningún sitio, piezas que dijeran qué cara tenían, qué facciones presentan los miembros de esa civilización prerromana, qué portaban... Sus bustos presentan nariz finísima y labios perfiladísimos, enjoyados con pendientes y diademas y probablemente coronados (aunque las coronas no se han encontrado), permiten ir más allá de la imaginación de las caras de los habitantes de aquella civilización, «es la primera vez que le ponemos un rostro a Tarteso, pero lo más interesante es que sabemos cómo portaban sus joyas. Como estas arracadas o la diadema, que apareció en el Tesoro de Aliseda, y ahora sabemos cómo las llevaban», detalló en su día Esther Rodríguez, codirectora de la excavación del Turuñuelo.
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En cuanto a la cara que representa al guerrero, se aprecia el arranque del casco y un tirabuzón, típico de los infantes, dice Esther Rodríguez, que nos habla «de un posible rito de paso, de un joven que pasa de niño a soldado». Aún es muy pronto para saber si, juntas, las cinco cabezas explican algún ritual o alguna escena mitológica griega. «Lo que sí podemos saber ya es que estaban pintadas, están recién sacadas del horno, no se han hecho analíticas, pero sí hay restos de color rojo», puntualizaba Sebastián Celestino, codirector del yacimiento.
En la quinta campaña donde apareciendo estas cinco caras, aparecieron también: una nueva habitación, una nueva puerta, madera y esteras con restos vegetales. Pero las caras son, sin duda, la revolución del yacimiento. «Es la noticia más importante del año», dijo la delegada del CSIC para Andalucía y Extremadura, Margarita Paneque. «El Turuñuelo es una referencia para la arqueología de todo el Mediterráneo», ha venido a reconfirmar Pedro Mateos, director del Instituto de Arqueología de Mérida, perteneciente también al CSIC que es quien, en colaboración con la Junta de Extremadura, excava este yacimiento en Guareña.
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No se descarta que aparezcan los cuerpos de estos altorrelieves y que midieran más de un metro, pero de momento, los arqueólogos se centran sólo en saber más sobre esas cabezas. Para ello, viajarán a Madrid para ser restauradas y volverán al Museo Arqueológico Provincial de Badajoz donde serán custodiadas. Y seguirán siendo objeto de atención por expertos. Quién sabe sino aparecerán más rostros en la próxima campaña en Casas del Turuñuelo…
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