Testimonio diocesano de Carmen y su abuela María
La Iglesia celebró la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores «motores de transmisión de la fe»
El pasado domingo 23 de julio, la Iglesia celebró la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, «el verdadero motor, sin duda, de la transmisión de la fe». Así lo recoge la página web del Obispado de Plasencia que se hace eco del testimonio diocesano de dos mujeres guareñenses, la abuela María Gallardo y su nieta Carmen Ayuso.
Se dice que el Santo Padre presidió ese día la eucaristía a las 10.00 horas en la Basílica de San Pedro. Al final de dicha celebración, cinco personas mayores –en representación de los cinco continentes– entregaron simbólicamente la Cruz Peregrina de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) a cinco jóvenes que parten hacia Lisboa, «significando la transmisión de la fe de generación en generación». El gesto del envío «quiere representar también el compromiso que los ancianos y los abuelos han aceptado, por invitación del Santo Padre, de rezar por los jóvenes que parten y de acompañarlos con su bendición».
Las diócesis españolas se unen a la invitación del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida de celebrar esa Jornada con una misa dedicada a ellos. También proponen visitar a los ancianos que están solos. Para facilitar esa celebración, el Dicasterio elaboró distintos materiales para facilitar su difusión.
Testimonio diocesano
En la Diócesis de Plasencia quisieron acercar el testimonio de María Gallardo y Carmen Ayuso, abuela y nieta de Guareña, respectivamente, ambas colaboradoras activas. En el caso de Carmen, es monitora dentro de la Pastoral Juvenil y marchó a Portugal para asistir a la JMJ de Lisboa que comenzará el próximo martes 1 de agosto y finalizará el domingo 6. Varios Jóvenes de Guareña estarán presentes en dichas jornadas mundiales.
Carmen: «En esta Jornada de los Abuelos queremos hacer homenaje, ya que son pilar importante en nuestra vida. Personalmente, mi abuela ha sido mi segunda madre y gracias a ella he seguido los pasos para el camino de la fe, y a día de hoy es una persona que me motiva mucho a seguir en esos temas».
María: «Estoy muy orgullosa de mi nieta Carmen porque siempre ha estado muy atenta a mí y siempre ha estado conmigo cuando era pequeña. Ahora me siento muy orgullosa de que siga el camino que lleva de fe y lo que quisiera es que siguiera igual, lo mismo que la otra nieta que tengo pequeña».
Ambas son el ejemplo, como se citaba anterioridad, «de la transmisión de la fe«, sobre todo en un momento donde la religión »compite con numerosos estímulos externos que reciben los jóvenes«, según expresan desde la Diócesis. Desde la página virtual del Obispado de Plasencia agradecen a ambas su disposición para compartir su testimonio de fe y para »ponerse delante de una cámara que no siempre es fácil«, informa el Obispado.
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