

Ver un trofeo en la basura llama la atención, pero saber que es un 'Villa de Guareña', clama al cielo. Se trata de un trofeo que ganó el Salesianos de Badajoz, en un partido de fútbol internacional juvenil, celebrado en Guareña, allá por 1988, en una final frente al Sevilla F.C.
Entre los años 1981 y 1989 había en Extremadura un Torneo de fútbol referente. Ese era el Trofero de Fútbol Juvenil Internacional 'Villa de Guareña', que se celebraba en La Noria, en los días de la feria de agosto. El estadio municipal se llenaba hasta la bandera por ver el fútbol base juvenil de los grandes equipos del fútbol español y portugués. Casi una década duró el torneo.
Por el verde de la Noria han pasado grandes figuras del fútbol cuando eran juveniles. Futre, Sanchís, Martín Vázquez, Vitor Baia, Mourato, Amor, Rafa Paz…, y en los banquillos dirigiendo a sus pupilos los entrenadores Ufarte, Rexach, Luis del Sol, García Remón, Esnaola, Grande… Los componentes del aquel comité organizador liderado por Paco Nieto y el respaldo del Ayuntamiento y la Diputación de Badajoz, pusieron alto el nombre de Guareña durante nueve años.
La noticia ha saltado cuando por sorpresa aparecía en las redes sociales un trofeo roto entre dos contenedores de basura del ayuntamiento de Badajoz. Se trataba del VIII Trofeo Villa de Guareña, el que ganara el Salesianos de Badajoz de Pepe Macías en 1988, ante el Sevilla FC. 1-0 ganó el equipo pacense, con gol de Javi, y una gran alegría se llevaron los aficionados del Badajoz presentes en la tribuna del estadio municipal de La Noria. Y el presidente Pepe Macías, fallecido el 21 de diciembre de 2017, radiante entonces, no pudo contener la alegría y se emocionó al ver a su capitán recoger el trofeo y levantarlo ante el aplauso unánime del respetable que llenaba la tribuna central del estadio.
El Salesianos fue un inesperado vencedor de aquella octava edición al imponerse a equipos tan cualificados como Real Madrid, Sevilla y Oporto, recibiendo con justicia el preciado trofeo. También el joven guardameta del Salesianos, Luisma, recibió además el trofeo al portero menos goleado (tan sólo un gol que le metió el jugador madrileño Sierra) y al mejor jugador del torneo. El Salesianos se erigió el equipo más deportivo, teniendo en sus filas el jugador finalista extremeño más joven, José Luis.
Un trofeo levantado como campeones de aquel año y que hoy, dicho trofeo, está por la basura de la capital pacense.
El trofeo roto por su columna, aparecía partido en dos en la acera al lado de dos contenedores de basura soterrados, entre el de Envases (amarillo) y el de Papel (azul), del ayuntamiento de Badajoz. Por una parte la base del trofeo y por otra el vaso o cáliz con la tapa caída. «Una vergüenza», decían los vecinos guareñenses que han visto la fotografía en la red. Informaciones que nos llegan a esta redacción, dicen que el trofeo se ha recogido y se desconoce el paradero y con qué fin se ha retirado de la acera.
Ojalá termine donde merece. En las vitrinas honrosas del Salesianos, en un lugar digno y como merecen los campeones de aquel 1988 que vencieron al todo poderoso Sevilla. Un trofeo nunca debe acabar en basura. Los trofeos se cuidan porque son recuerdos de campeones, dignifican a la entidad que defendieron y sostienen a la organización que llevó a cabo los años buenos del Villa de Guareña.
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